
22 Jun La primera ensalada antártica
Ingenieros aeroespaciales del DLR (Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt e.V.), en español Centro Aeroespacial Alemán, consiguieron cultivar verduras en un invernadero hidropónico en la Antártida. Este es el resultado de un proyecto de investigación («Proyecto Eden ISS») emprendido para estudiar el cultivo de vegetales y hortalizas en condiciones extremas, como las que se dan en los desiertos o en el espacio exterior.
Este proyecto se llevó a cabo en la estación de investigación polar Neumayer III. Esta base alemana, operada por el Instituto Alfred Wegener de investigación polar y marina, está ubicada en la bahía de Atka en la zona de la Antártida conocida como Costa de la Princesa Marta. La Antártida es el continente más frío, seco y ventoso de nuestro planeta: es un desierto con precipitaciones anuales de sólo 200 mm en su zona costera.
En un invernadero hidropónico de alta tecnología a 400 m de distancia de la base Neumayer III (mientras afuera la temperatura llegaba a -20°C), los científicos alemanes consiguieron cosechar 3.6 kilogramos de lechuga, 18 pepinos, 70 rábanos y especias (albahaca, perejil, cebollines y cilantro).
Durante el invierno antártico (la Antártida es el lugar donde se ha registrado la temperatura más baja conocida desde que hay datos), el personal destinado en las bases y estaciones científicas se queda aislado del exterior durante meses, sin posibilidad de recibir suministros del exterior ni acceso a verduras frescas.

Diseño del invernadero EDEN ISS de la base alemana Neumayer III
El científico responsable del proyecto, Paul Zabel, ejerció de grower y además de ocuparse a diario de las tareas agricolas, monitoreó la evolución de los cultivos con la ayuda de sensores y computadoras en cooordinación con el apoyo del centro del control del Centro Aeroespacial Alemán ubicado en Bremen (Alemania).
Las primeras plantas «antárticas» se plantaron en febrero de 2018 y crecieron sin suelo, luz solar y sin necesidad de aplicarles pesticidas en un invernadero equipado con un sistema hidropónico controlado por computadora que se encarga de que cada dos minutos las raíces de las plantas sean regadas con una solución nutritiva.
La temperatura ambiente dentro del invernadero se mantuvo entre 20 y 25 grados centígrados en un ambiente totalmente esterilizado y en el que se utilizaron lámparas ultravioleta para los procesos fotosintéticos.
A la vista del éxito ya conseguido (la primera cosecha llegó en abril), los científicos alemanes de la base Neumayer III se han marcado como siguiente objetivo llegar a cosechar 5 kilos a la semana de vegetales frescos.
Se espera que proyectos de este tipo, o proyectos similares que la NASA tiene actualmente en marcha, proporcionen conocimientos que sean de utilidad para aplicarlos en la Estación Espacial Internacional o en futuras misiones tripuladas a la Luna o Marte. Así, a los astronautas (¿o deberíamos decir los colonos espaciales?) no les faltará su suministro de vegetales frescos.
Mientras el ser humano llega o no a Marte, los científicos alemanes destinados a la Antártida ya pueden pasar su invierno sin añorar la ensalada de col.
Fuente: DLR